Cielo y tierra se encuentran un un mismo lugar,
allí donde los altivos montes que enmarcan la belleza prima
hecha por Dios mismo se encuentran con las bellas aguas del místico lago,
que inspiración fue de tantos otros antes que yo, aquellos que juraron
en sus rocosas playas amor sincero,
y que valiendo de destellos reflejos de la luz de luna
que noche a noche espera por su reflejo ver en sus aguas.
Lago de Atitlán, Sololá, Guatemala.
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